En las civilizaciones antiguas los roles de género eran en su mayoría liderados por el patriarcado, en las cuales primaba la soberanía masculina por encima de cualquier otra jerarquía; esto se evidenciaba en la organización política, religiosa, social, familiar; así como en el ejercicio de actividades caseras (realizadas por mujeres solamente) o laborales (realizadas por hombres solamente). Sin embargo, es importante tener en cuenta que en los orígenes de la humanidad algunas comunidades eran matriarcales, estas se fueron disolviendo y viendo apagadas por su falta de habilidad y agilidad en el ámbito combativo debido a ello, fueron disminuyendo su poder territorial y socio económico. Sin embargo actualmente se tiene conocimiento de algunas pequeñas comunidades que conservan el matriarcado como estructura social, política y cultural. A través de la historia hemos visto en algunos sucesos importantes la representación femenina con personajes como Cleopatra, Juana de Arco, Guillermina de Bohemia, Mary Wollstonecrafc entre otras, que debido a su liderazgo en el papel desempeñado por cada una en el contexto donde vivieron fueron generando una brecha al género masculino; que si la analizamos hoy fue el inicio de la lucha por la liberación femenina e igualdad de género.