Los microrrelatos son relatos muy cortos, con una extensión máxima de una hoja, siendo lo más habitual unas pocas líneas. La característica fundamental es la brevedad, mejor dicho, la hiperbrevedad, puesto que debe concentrar la máxima expresividad en el mínimo espacio. Es por ello que muchos nos dejan o obligan a jugar con la historia detrás de cada uno de ellos y hacen que para cada persona signifique una cosa totalmente distinta. Para este proyecto debíamos ilustrar cinco microrrelatos con una visión semblante a la de los relatos: dejar al lector que interprete la historia a su manera.
"Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro".
"Todas las mañanas llego a la oficina, me siento, enciendo la lámpara, abro el portafolios y, antes de comenzar la tarea diaria, escribo una línea en la larga carta donde, desde hace catorce años, explico minuciosamente las razones de mi suicidio".
"El hombre que amé se ha convertido en fantasma. Me gusta ponerle mucho suavizante, plancharlo al vapor y usarlo como sábana bajera las noches que tengo una cita prometedora".
“No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba visitar al alba, cuando su amada era más larga".
"—Te devoraré —dijo la pantera. —Peor para ti —dijo la espada."
Producción final de los microrrelatos en tamaño A6 (postales coloreables).