Aleos

(Aleos) El canon de belleza del hombre en la antigua Grecia y el concepto del tatuaje en aquella época.

Aleos era hijo de Zeus y de una princesa mortal, en su niñez siempre estuvo rodeado de esclavos que servían en su palacio, ellos tenían marcas que los identificaban como propiedad del rey, su abuelo. Al cumplir 20 años Aleos se convirtió en un joven muy apuesto con cara angelical y cuerpo esculpido, muchos le atribuían esa belleza a lo puro de su alma. Siempre tuvo gran compasión con todas las personas sin importar el estatus o rango social que pudieran tener, con el paso de los años creó un gran vínculo con la servidumbre que trabajaba en su hogar, un día decidió salir del reino disfrazado de esclavo para convivir con ellos de una forma diferente, los guardias al verlo y sin poderlo identificar lo regresaron al palacio y lo reprendieron con fuertes latigazos. Zeus su padre al darse cuenta quiso curar sus heridas eliminándolas, pero Aleos no se lo permitió y queriendo identificarse con ellos desarrolló una gran pasión por los tatuajes, que para él no significaban una marca de humillación sino los consideraba como arte sin importar que en su entorno social los tatuajes fueran vistos con desprecio. Con la muerte de su abuelo el Rey su madre la princesa tomó el control de la polis lo que significaba un cambio de estatus para Aleos, pasaba de ser el hijo de la princesa a convertirse en el sucesor del reino. Aprovechando su nueva condición y en contra de los deseos de su madre quiso plasmar en su cuerpo algunos versos que hablaban de la libertad e igualdad de todos los seres humanos, demostrando así que el cuerpo humano es un lienzo en el cual se pueden plasmar hermosas obras de arte sin estigmatizar a quien las lleva. A partir de ese momento las personas que servían en el palacio entendieron que sus marcas ya no eran más un símbolo de esclavitud.