La serie India en mis ojos es netamente documental. Alejada del camino moderno y amarillista que hubiera supuesto el registro de la violencia religiosa o clasismo o el movimiento naxalita o las insurgencias de las regiones separatistas, la artista se ha decidido por un camino más congruente con su estética: Los hermosos paisajes, la educación, la cultura y el trabajo. En las imágenes no sólo se ha explicado el nombre de Palampur (que significa agua abundante) al capturar los abrevaderos con vista a una de las cordilleras, ha tomado elementos básicos como una libreta en las manos de una niña, una bicicleta en reposo o un hombre tendido en una banca, para hacerlos imposibles fuera de su contexto fotográfico. El paisajismo y el retrato nos colocan en un estado de contemplación que semeja al de la meditación. Tal vez la altura de estilo que logra Raquel Flores sea como la que alcanzó George Leigh Mallory, el primer hombre que coronó el Monte Everest. Subir precipitadamente supone el riesgo de fallecer en el descenso, pero en esta obra lo testimonial de la belleza cotidiana salva de ese peligro.